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Rocío ALONSO LOPEZ
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24 feb. 2019
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Roberto Cavalli, a punto de ser vendida, resucita su ADN

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Rocío ALONSO LOPEZ
Publicado el
24 feb. 2019

Roberto Cavalli encuentra su espíritu extravagante y sexy, pero de forma contemporánea. Con esta cuarta colección femenina, que firma para la casa italiana Paul Surridge, parece haber encontrado el equilibrio correcto entre la sensualidad lujosa y solar y un rigor más cotidiano y moderno. Una forma de volver a encarrilar la marca, mientras que su principal accionista, el fondo italiano Clessidra, estaría a punto de ceder una participación mayoritaria a un nuevo inversor.


Roberto Cavalli, otoño/invierno 2019-20 - ph Dominique Muret


Según las revelaciones publicadas el viernes, día antes del desfile, por el diario Il Sole 24 Ore de Milán, el diseñador alemán Philipp Plein estaría al mando, apoyado por un fondo, probablemente Blue Skye Investment Group. Podría llegar hasta un 70% del capital de Roberto Cavalli, mientras que el 30% restante quedaría en manos de Clessidra. Pero, como señala el periódico financiero, Philipp Plein no es el único candidato en la carrera. Estaría interesados en la marca también un grupo estadounidense y Renzo Rosso, a través de su holding OTB, que ya gestiona desde 2011 la licencia de la joven línea Just Cavalli. La operación podría materializarse a principios de marzo.

Aunque no quería comentar esta información, el CEO de Roberto Cavalli, Gian Giacomo Ferraris, dijo a FashionNetwork.com, al margen del desfile, que la marca "necesitaba más inversión". "El problema fue estabilizar la empresa, cuyas ventas bajaron. Eso es lo que hemos hecho. Para 2018, el volumen de negocio debería registrar un ligero aumento", precisó.

En 2017, Roberto Cavalli había visto caer sus ventas en un 1,8 % a 152,4 millones de euros, mientras que logró reducir significativamente su pérdida operativa, de 26,2 millones de euros en 2016 a 7,1 millones un año más tarde. Después de una importante reestructuración, con varios despidos, la reducción de la red de distribución y una reorganización de su oferta y producción, la marca continuó su reposicionamiento en términos de imagen y estilo, en particular relanzando menswear el verano pasado, cuya nueva colección para el otoño/invierno 2019-20 desfiló el sábado en Milán con la colección femenina.

Ambos vestuarios ofrecen similitudes en la paleta de colores, patrones gráficos y materiales, con piezas intercambiables para él y para ella, pero cada colección tiene su propio carácter. Los hombres con botas blancas se visten de amaranto, verde gasolina o verde descolorido con camisas de seda de colores extravagantes y prendas de punto con estampado de pitón.

Las mujeres llevaban botas de tacón de aguja con un fino tacón dorado metálico, alternando faldas largas plisadas y vestidos de seda fluidos con vestidos de punto de lana oscura o hilos de lurex de colores y piedras de colores. Largos o ultra cortos, moldean el cuerpo desnudando a veces la parte de atrás.


Paul Surridge reinterpreta con colores los estampados de animales de Roberto Cavalli - ph Dominique Muret


El estampado animal, muy querido por el fundador del mismo nombre de la casa, recorre toda la colección, restaurado de forma gráfica contemporánea con tonos intensos (turquesa, amarillo dorado, malva, púrpura) un poco como la paleta luminosa de la pintora art déco Tamara de Lempicka. Este "tigre lifestyle", como lo define Paul Surridge en el backstage, no solo se encuentra en vestidos fluctuantes, sino también en pantalones, trajes, monos palabra de honor, tops de terciopelo, abrigos de piel y chaquetas acolchadas.

Para la noche, el hombre se pone una chaqueta cubierta de lentejuelas plateadas sobre unos pantalones negros, mientras que en la mujer, una lluvia dorada corre sobre la parte superior de un vestido que cubrirá en parte los estampados animales.

La colección otorga un lugar privilegiado a los abrigos cortados con gran rigor: mini redingotes, modelos en estampado de pitón azul, otros en cachemir ultraligeros que fluyen con delicadeza en el cuerpo, sin olvidar los austeros, pero no menos espléndidos, abrigos en cuero negro.

“He retomado los códigos de la casa como los estampados de animales, pero con impresiones muy modernas. En la misma idea de orden, modernicé el lado sexy haciéndolo más sofisticado. La idea dominante es este poder de lujo, como estado, que se respira en toda la colección a través de los materiales, la búsqueda de colores y estampados, los acabados artesanales, mientras se mantiene cierto rigor”, resume el diseñador.

El retail a través de 28 tiendas representa el 40% de las ventas de Roberto Cavalli, el 30% mayorista y el 30% de licencias. Europa es su mercado más grande con una participación del 45% (Italia aún pesa el 20% de las ventas), seguido por los Estados Unidos (27%).

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