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Los problemas se acumulan en el mercado del lujo en Asia

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AFP
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16 oct. 2014

Freno del consumo, medidas anticorrupción en China, crisis geopolíticas en Tailandia y Hong Kong. Para los gigantes del sector, Asia ya no es el paraíso que fue entre 2010 y 2012.

Las ventas del grupo LVMH, número uno mundial del sector del lujo y propietario de marcas como Louis Vuitton, Givenchy, perfumes Dior y Guerlain, de los relojes Tag Heuer o de prestigiosas marcas de champán y coñacs, se han desplomado un 3% en Asia (excluyendo Japón) en el tercer trimestre de 2014, sin tener en cuenta los impacto del cambio de divisas, según las cifras publicadas el pasado martes por el grupo. En las otras zonas, las ventas han aumentado. En los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal, los resultados registrados en la Europa en crisis no tienen mucho que envidiar a los obtenidos en Asia.

Cartier sufre como muhcas otras marcas de lujo por la crisis de Hong Kong | Foto: Cartier


“Existe una confluencia extraña de fenómenos económicos, monetarios y geopolíticos que tienen un impacto negativo en el mercado asiático”, según Arnaud Cadart, analista en CM-CIC Securities.

Destacan en primer lugar los factores económicos, con una desaceleración general en el sureste de Asia y en China, un país que ha liderado el crecimiento del lujo en la última década como ningún otro país.

Por primera vez este año, el mercado del lujo en China continental se repliega, según apunta el gabinete Bain & Company en un estudio publicado el pasado martes.
Las cifras de negocios y las previsiones de resultados del grupo suizo Richemont, del británico Burberry y de Mulberry y del italiano Prada presentan un evidente estancamiento.

La “nueva norma” del lujo es un crecimiento mundial menos estable pero duradero, estima Bain & Company, que prevé que las ventas del sector aumentarán un 2% en 2014. “El mercado chino ha liderado durante una década el sector, no podría mantener dicha posición a largo plazo”, destaca Arnaud Cadart.

Las compañías han captado el mensaje. Aunque Hermès inauguró en septiembre una gran tienda en Shanghai, los tiempos en que las aperturas se acumulaban se han acabado.

No obstante, la clientela china sigue liderando las compras de artículos de lujo, aunque lo hacen sobre todo en el extranjero, tres veces más que en el mercado nacional, según Bain.

En China, las medidas anticorrupción establecidas por el Gobierno a finales de 2012 han afectado a las ventas de productos de lujo como el coñac, los relojes, mecheros, bolígrafos. Cabe mencionar que las ventas de coñac y de licores de LVMH se han desplomado un 10% desde enero.

El punto positivo en el panorama asiático es la constante evolución del mercado japonés, a pesar de la pérdida de la caída del poder adquisitivo de los consumidores japoneses debido a la debilidad del yen.

En cambio, los conflictos vividos en Tailandia y el accidente de avión en Malasia han lastrado los resultados en dicha parte del continente debido a un descenso de turistas chinos en la región.

Principalmente en Singapur, donde Bain & Company destaca un descenso de la presencia de turistas chinos de un 20% en 2014.

Con todo esto, el mayor problema actual para el sactor del lujo en Asia es la crisis geopolítica de Hong Kong, una ciudad en la que se concentran multitud de firmas del sector del lujo, sobre todo de relojería.

En tiempos normales, el sector realiza entre un 10 y un 12% de su cifra de negocio en la excolonia británica, incluso un 20% para los grupos especializados en relojería como Richemont (Cartier, Van Cleef & Arpels...) y Swatch Group.

LVMH ha advertido que la situación que se está viviendo estos días en Hong Kong – sin precedentes desde su retrocesión a China en 1997 – tendrá un impacto en sus cuentas, ya que las ventas, principalmente de sus Duty Free Shops (DFS), se desploman.

En el sector de la relojería y la joyería, las ventas minoristas han caída un 50% durante las últimas semanas, mientras que las exportaciones de relojes suizos a Hong Kong llevan un mes descendiendo. Contrariamente a otros años, los chinos no acudieron en masa a principios de octubre a realizar sus compras a las tiendas de lujo en ocasión de las vacaciones de la “Golden Week”.

Un golpe duro sobre todo para Tag Heuer (LVMH), que se ve obligado a despedir a 46 personas de su sede en Suiza para hacer frente a la bajada de las ventas, o para Cartier, que toma medidas como el paro parcial de sus trabajadores.  

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