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El himno de la alegría de Dries Van Noten, Anrealage y Rochas en París
Entre guerras, emergencias climáticas, amenazas nucleares y crisis de todo tipo, los diseñadores quieren mantener la esperanza. Así, una moda resiliente toma forma en París en esta tercera jornada de desfiles de prêt-à-porter femenino. Después de las llamadas al amor y a la dulzura de Undercover, Dries Van Noten entonó este miércoles un verdadero himno a la vida, mientras que Anrealage destacó la belleza de la artesanía y Rochas resaltó cierta ligereza.
Después de la noche, la vida toma el relevo. Así se puede resumir la hermosa colección de Dries Van Noten para la primavera-verano 2023, que va in crescendo desde el negro absoluto hasta un temblor de sensaciones coloridas y aéreas. El desfile, que se celebró en un edificio de oficinas en desuso a modo de parking de hormigón, comenzó con una veintena de looks total black. Trajes renovados, abrigos con clase, vestidos sencillos o drapeados, faldas de punto caladas. Unos raros botones de latón y joyas doradas dejaban filtrar un rayo de luz.
De repente, las lentejuelas azul noche brillan bajo una sobria blusa negra. El color hace su aparición en este austero vestuario en forma de falda tintineante. A continuación, se apodera de toda la ropa, cortada en viscosa ligera y arrugada. Al principio en una paleta de colores pastel, como una reminiscencia de los colores de la vida en el pasado. Los conjuntos monocromáticos tienen un aspecto casi deportivo con grandes chaquetas masculinas envolventes, pantalones anchos y abrigos minimalistas. Pero los trajes sencillos, como lavados por la lluvia, revelan poco a poco un toque de frivolidad, en los pliegues de una falda o en los volantes que la bordean, en las rosas de tela aplicadas a un corpiño, en los cortes y fruncidos que esculpen un vestido.
A continuación, una explosión de colores y estampados florales invaden la pasarela, en superposiciones de estratos de muselina, organza y otras sedas vaporosas y una mezcla de alegres ramos. Las guirnaldas plisadas se posan sobre el hombro de una camisa casta, las delicadas flores se apoderan de los pantalones y las blusas transparentes, las túnicas de macramé de colores dejan fluctuar sus largos flecos, mientras que las boas confeccionadas con multitud de plumas en tejidos impalpables se enrollan alrededor del cuello y la cintura.
"Es una celebración del optimismo. Para este primer desfile femenino físico en dos años, quería una colección muy festiva. Partiendo de la nada con el negro, donde exploré tejidos, formas y texturas para luego dejar que el color y las flores explotaran", explicó el diseñador flamenco en el backstage, todavía embargado por la emoción justo al final de su desfile.
El meticuloso trabajo artesanal del patchwork es también el centro del desfile de Anrealage. Para el 20º aniversario de su marca, Kunihiko Morinaga vuelve a sus raíces con una colección impresionante, retomando la técnica artesanal de ensamblaje de pequeñas piezas de tela que hizo que su casa fuera un éxito desde su lanzamiento en 2003, y que aún hoy forma parte importante de su oferta.
Con esta colección, el diseñador japonés parece querer llevar al extremo su arte y su pasión por el detalle, componiendo verdaderos cuadros impresionistas. Vestidos de mosaico acampanados con mangas de volantes, abrigos de arlequín, faldas y camisas totalmente recompuestas a partir de trozos de tela del mismo color... Lleva a cabo este titánico trabajo de virtuosismo sumergiéndose en 200 prendas antiguas, y llega a utilizar 4000 piezas de tela para crear algunos de los modelos más sofisticados.
Para cada prenda, el juego es el mismo, ensamblar pequeños triángulos o cuadrados de tela procedentes de stocks inactivos o de antiguas colecciones del diseñador, pero el resultado es diferente cada vez. Así, estos conjuntos de pantalones en tonos beige o grises recuerdan a la marquetería, mientras que el vestido puzzle de cuadros en jean desteñido parece cortado en un nuevo material más consistente con efecto de tapiz. Otras composiciones evocan a los paisajes fragmentados vistos desde el cielo, o consiguen crear diferentes matices tonales en una misma prenda.
Al final del desfile, que concluyó con cinco looks negros en total, Kunihiko Morinaga se divirtió haciendo desfilar de nuevo a las modelos, pero esta vez llevando la ropa al revés. En el vídeo difundido en internet, la imagen del derecho y del revés de cada modelo desfilan simultáneamente para lograr un efecto hipnótico.
En Rochas, Charles de Vilmorin también jugó la carta del color y el volumen, eligiendo el teatro Folies Bergère para presentar la próxima colección de verano de la casa parisina. El joven diseñador juega con una serie de piezas elaboradas con volantes.
De algodón, burbujeantes y esculturales, envuelven a las modelos en vestidos de nubes. Con un efecto de volantes, las capas de volantes también engrosan las mangas de un gran traje de cuadros o los bordes de las faldas de baile. Revestidos de gasa en tonos delicados, transforman ciertas camisas en capas flotantes. A destacar: las dos últimas siluetas de vestidos con canastos un poco barrocos y unas audaces botas de satén hasta el muslo atadas por delante para un verano que promete ser desenfadado.
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