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17 feb. 2017
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María Escoté se hace mayor sin renunciar a su esencia

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EFE
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17 feb. 2017

Si María Escoté ha sorprendido con una colección más "adulta y madura", cuajada de estampados geométricos y arropada con detalles masculinos, Ágatha Ruiz de la Prada ha preferido prendas de fiesta con las que inyecta energía y felicidad durante la primera jornada de desfiles en la pasarela MBFWM.

Desfile de María Escoté en la MBFWM - MBFWM


El estampado geométrico es el hilo conductor del nuevo trabajo de María Escoté, quien echa mano del color para hacer una costura más madura. "He utilizado el burdeos, el azul marino y el blanco, tonos que habitualmente no introduzco", explica hoy a EFE, la diseñadora catalana.

Por primera vez María Escoté sube a la pasarela trajes de chaqueta, "una pieza que me apetecía trabajar", cuenta la diseñadora que reconoce que "se trata de una colección con un punto masculino, quería borrar el género".

Sobre la pasarela se han visto americanas de terciopelo, vestidos cortos de lurex, jerséis de punto estampados con "un abstracto geométrico", pero también ha querido incluir sus típicos vestidos ajustados y cortitos que tanto gusta a 'celebrities' como Katy Perry y que la distinguen desde hace algunos años.

El desfile de Agatha Ruiz de la Prada ha sido una gran fiesta, en la que las "chuches", las palomitas, los gusanitos y las tartas han sido los protagonistas.

Desfile de Agatha Ruiz de la Prada en la pasarela madrileña - MBFWM


Las prendas resultan divertidas, todas ellas de gran volumen de tal manera que la diseñadora envuelve el cuerpo con piezas en forma de caramelo o "cupcakes", "ideadas para una mujer que quiere sentirse la reina de la fiesta", dice la diseñadora.

Sobre la pasarela, este universo festivo ha mostrado trajes en forma de rosquilla, enormes piruletas y caramelos, así como lacasitos y o "macarons" que se reinventan para formar enormes faldas, vestidos y abrigos oversize.

Como en cualquier gran fiesta no ha faltado el confeti de purpurina que se ha posado sobre vestidos asimétricos y faldas transparentes con patrones abullonados y "oversize", prendas que en ocasiones se adornan con "toppings" multicolores realizados con materiales plásticos o de papel.

Esta colección, ideada para divertirse, "no tiene fines comerciales", se mezclan los tejidos más nobles como el terciopelo de algodón, el shantung y muselina de seda con lycras con tules, lúrex o neopreno.

Prendas que invitan a bailar y a deshinibirse con formas de tarta o corazones gigantes, pero que esconden una costura seria, en la que priman los cortes clásicos como manga japonesa, escote barco o cuello a la caja.

Maya Hansen, que por vez primera presenta corsé en 3D, ha subido a la pasarela una colección de vestidos versátiles, muy ponibles con siluetas entalladas y dinámicas, en los que el corte láser se impone.

"Son prendas con las que puedes ir a trabajar, yo me pondría todas", desvela la diseñadora, que apuesta por la ausencia de color, solo ha trabajado con negro, beige, gris plomo y algún toque de rosa palo y dorado para colorear las prendas.

"En las prendas surge un diálogo entre las propias formas del cuerpo, los tejidos y los elementos lineales que generan movimiento", explica la diseñadora que desde su debut hace siete años defiende su sello con el corsé, su prenda fetiche que no pocas celebrities exhiben en alfombras rojas y eventos, Lady Gaga es una de sus fan junto a la presentadora Pilar Rubio que ha desfilado escondida tras una máscara. 

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