Colombia: panorama textil de incertidumbre

La tradición industrial textil está muy arraigada a las raíces locales. Con más de 120 años de presencia en el mercado, los textiles y la moda en el país se han convertido en cultura, fuente de ingresos y una gran rama de la economía, pues si bien no es de las industrias de mayor importancia como los hidrocarburos o los vehículos, es la que ‘mueve la caja’ mensual en el comercio.

La reciente caída que ha venido experimentando el sector desde el 2014, último año con registros de actividad y ventas dignos del sector, preocupa a los industriales. Sin embargo, el optimismo se mantiene.

Durante el 2016, Colombia exportó 319 millones de dólares en textiles, cifra que comparativamente ha descendido en este primer trimestre del año por encima del -11%. Sin embargo, las importaciones han visto una caída aún mayor que supera el -16%.

Los índices no son del todo negativos, pues el remplazo de las importaciones es la compra local. El punto en contra de los industriales es la confianza del consumidor y la desconfianza en el comercio local, que además de haber jalonado negativamente la inversión extranjera, es muy inestable y no permite realizar proyecciones reales de mercado.

Según un estudio privado realizado en el departamento de Antioquia, cuya capital es Medellín y concentra la mayoría de la industria textil del país, el 68% de los industriales considera que el segundo semestre del 2017 será mejor. Mientras que el 21% indica que no se verán mejorías este año, el 11% asiente no haber tenido variaciones negativas importantes frente al 2016.

Es preciso recordar que el sector textil-confección en Colombia genera más de 400.000 empleos directos oficiales y cerca de 350.000 empleos temporales, no oficiales.

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